Enviado por admin el Vie, 27/06/2014 - 15:49
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Catalina Escobar

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Catalina Escobar es una bogotana presidenta de la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar, quien recibió la nominación entre los 10 finalistas del concurso CNN Héroes 2012, el cual reconoce la labor de personas que trabajan por “cambiar el mundo y mejorar la vida de otros”.

En el año 2001 tome la determinación de empezar lo que hoy es mi proyecto de vida: La Fundación Juan Felipe Gómez Escobar. Decidí crear la fundación en Cartagena, donde viví casi tres años y tuve la oportunidad de enfrentar la cruda realidad de la ciudad que muchos desconocen. Mientras trabajaba en el sector privado empecé por ser voluntaria en la clínica de Maternidad Rafael Calvo donde se atienden la mitad de los partos en la ciudad. Dos hechos muy dolorosos me llevaron a tomar la determinación de hacer algo para cambiar la desgarradora realidad de Cartagena: el primero fue la pérdida de mi hijo Juan Felipe a causa de un accidente; el segundo, la muerte de un bebe en el Rafael Calvo porque su madre no tenia 30 dólares para costear su tratamiento. Ambos sucesos me dejaron con un enorme vacío, que luego se convirtió en mi mayor reto: evitar que otras madres tuvieran que vivir la pérdida de un hijo por unas causas que se podían preveer. Este era el común denominador ya que en el hospital fallecían un promedio de dos bebés diarios por falta de recursos y de tratamiento médico oportuno y adecuado. 

 

En Cartagena la situación de pobreza y desigualdad sigue siendo un factor preocupante. La tasa de mortalidad infantil en 2000 era de 50.9 por mil nacidos, en comparación a la media nacional que era 25, y al promedio en países desarrollados que no superaba los 5 casos por mil nacidos1. La Fundación logró, en sus primeros seis años de operación, reducir la mortalidad infantil en un 79% con una inversión menor a 600 millones de pesos. Esto gracias a protocolos médicos, gestión empresarial, personal de la mejor calidad y un inmenso compromiso por la  transformación social. Sin embargo, en el camino descubrí que la solución al problema no estaba en salvar la vida de esos bebés, pues la mayoría  de ellos provenían de adolescentes en condiciones de extrema pobreza. En 2001, el 28.2%2 de los partos en la Rafael Calvo correspondía a jóvenes menores de 19 años. A raíz de esta gran evidencia, la Fundación tuvo un giro estratégico y empezó a concentrar sus esfuerzos en dos objetivos independientes pero complementarios: la reducción de la mortalidad infantil y el empoderamiento de madres adolescentes en extrema pobreza.  

 

Fue así como empezamos a crear un modelo de intervención denominado 360 grados, cuyo objetivo es empoderar a las madres adolescentes a través de una intervención integral en salud, psicológica, educativa y formación en actividades productivas. En nuestros 13 años de operación hemos atendido a más de 2,608 madres y salvado la vida de 3,310 bebés. 

 

Los logros son impactantes pero aún tenemos retos inmensos, pues en Cartagena hay 5000 madres adolescentes al año, lamentablemente. Gracias a los resultados alcanzados, existe un un gran interés interés por replicar nuestro modelo de intervención en diferentes regiones del país y de Latinoamérica. Esto es de la mayor relevancia considerando que lo que más perpetúa la pobreza en nuestras naciones es el embarazo en adolescentes, sobretodo en aquellas que se encuentran debajo de la línea de pobreza. Aun así, hoy alrededor del 19 por ciento de las jóvenes en países en desarrollo quedan embarazadas antes de los 18 años de edad.3 Para aumentar el problema, alrededor de 70.000 adolescentes en países en vía de desarrollo mueren por causas relacionadas con el embarazo anualmente4. Teniendo en cuenta la importancia de invertir en niñas y adolescentes para el verdadero desarrollo social sostenible se hace imperativo trabajar en temas de educación y empoderamiento. Cuando una niña en un país en desarrollo recibe siete años de educación, se casa cuatro años más tarde y tiene dos hijos menos en promedio5.  La evidencia mundial señala el enorme aporte que genera invertir en mujeres y niñas, al generar ondas expansivas que benefician a sus familias,  sus comunidades y sus países. 

 

A lo largo de estos años de experiencia en el campo del emprendimiento social considero que nuestros factores de éxito para el rompimiento de ciclos de pobreza son: la rendición de cuentas – la transparencia al reportar, el manejo eficiente de recursos y la evaluación de impacto, ya que las verdaderas trasformaciones sociales son medibles, replicables y escalables.  Otro factor fundamental es tener una iniciativa con gestión empresarial-  al tener grandes empresarios como aliados permite manejar el mismo lenguaje corporativo, esencial para darle credibilidad a la iniciativa. Finalmente y el factor más importante es una visión dignificada de la pobreza en donde todo el respeto y la excelencia  se les brinda a las personas de muy escasos recursos por medio de la mejor educación, la mejor atención médica y un trato respetuoso; eso, sin duda,  genera verdaderas transformaciones sociales.  

 

 

1. De la Hoz, J. Banco de La Republica. 2005. Documentos de Trabajo sobre economía Regional. Disponible en: https://juanfe.org/wp-content/uploads/2013/03/Salud-Cartagena-2005.pdf

 

2. Datos: Oficina de Estadísticas, Clínica de la Maternidad Rafael Calvo. Cartagena de Indias. 

 

3. UNFPA,2013. Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto de embarazo en adolescentes. Disponible en: http://www.unfpa.org/webdav/site/global/shared/swp2013/SP-SWOP2013.pdf
 
4. UNFPA,2013. Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto de embarazo en adolescentes. Disponible en: http://www.unfpa.org/webdav/site/global/shared/swp2013/SP-SWOP2013.pdf