El pasado 18 de diciembre se celebró el día internacional del migrante, fecha establecida por las Naciones Unidas para recordar la promulgación del Pacto Internacional de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y de sus familias. Sin embargo, esta celebración resulta un poco paradójica, mientras en Estados Unidos y Europa se establecen complejas políticas migratorias que, para algunos expertos, están en contra de los derechos de los migrantes.
La Organización de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional del Migrante para recordar el 18 de diciembre de 1990, fecha en la que la Asamblea General estableció la Convención Internacional para la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y sus familiares.
Este fue el primer tratado internacional orientado a examinar las dificultades que enfrentan los migrantes, indiferentemente de su país de origen o del país donde residan, y a establecer las responsabilidades y obligaciones de parte de las naciones que acogen a estas personas.Después de que este tratado fuera ratificado por varios países, entre ellos Bolivia, Colombia, Ecuador, México y Uruguay, ayudó en el establecimiento de estándares internacionales que buscan el trato justo, bienestar y el respeto de los derechos humanos de los trabajadores migrantes, documentados e indocumentados y de sus familias.
Sin embargo, estos estándares se han visto re-evaluados por las políticas migratorias adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea. La Directiva de Retorno, firmada por la mayoría de países europeos en junio pasado, busca unificar sus políticas migratorias, pero aprobó medidas tan cuestionables como la detención de inmigrantes sin papeles hasta por 18 meses mientras se tramita su deportación o la repatriación de menores sin sus padres.
“Estas restricciones han significado mayores violaciones a los derechos de los migrantes, como el de la unidad de sus familias, evidentemente pisoteado en algunos casos de deportación desde Estado Unidos o en las nuevas normas relacionadas con reagrupación de ascendientes en España, así como en la criminalización de quienes se encuentran en condición de irregularidad documental”, comenta William Mejía, director del Grupo de Investigaciones en Movilidad Humana de la Red de Universidades Públicas del Eje Cafetero.
La dureza de estas medidas ha sido promovida en gran parte por la crisis económica mundial. Los países europeos han visto en los migrantes los causantes de la profunda desaceleraron económica que han tenido. Todas las semanas se ven despidos masivos y cada día es más difícil conseguir empleo, tanto para los extranjeros como para los ciudadanos.
Según estadísticas del departamento del Trabajo de Estados Unidos, en noviembre se calculó que existen 1´874.000 latinos desempleados, once mil más que en octubre. Mientras que en España el desempleo en la población inmigrante aumentó un 12.5 %. Según el Ministerio de trabajo español hay 379.640 extranjeros sin empleo.
Pero algunos expertos plantean que considerar a los migrantes como los principales culpables demuestra una mirada simplista del problema. 
“Es necesario que en los análisis sobre las migraciones internacionales tengamos en cuenta el contexto amplio de los modelos económicos, particularmente del modelo neoliberal y de las relaciones de dependencia entre los países. Esto con el fin de poder ver con claridad los determinantes estructurales de las migraciones y no quedarnos en la mirada simplista que sólo ve al migrante como si fuese el culpable de sus dificultades”, dice Maria Claudia Duque, profesora de la Universidad Javeriana.
De todas formas, es importante resaltar que si bien en Europa y Estados Unidos se han tomado medidas que pueden afectar negativamente a los migrantes y sus familias, también existen organizaciones que están luchando por los derechos de estos.
“En Europa y en otros países hay personas y organizaciones en la academia, universidades y en Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que promueven el día del migrante y que trabajan seriamente por sacar a la luz los estereotipos y las inequidades en relación con los migrantes”, señala Maria Claudia.
En este contexto, la celebración del día del migrante se debe ver como el espacio adecuado para despertar la conciencia de la comunidad internacional sobre las difíciles realidades que están viviendo los migrantes y promover acciones encaminadas a mejorar sus condiciones de vida.“Me parece el espacio indicado para hacer énfasis en la necesidad de incentivar una visión positiva del migrante y considerarlo como un agente de cambio e innovación que aporta en grandes magnitudes al desarrollo tanto económico como cultural de una sociedad”, comenta Johana Saenz asesora del programa Colombia Nos Une.
 Y plantea que “es importante que cualquier manifestación que se haga en contra de iniciativas como la Directiva de Retorno, debe hacerse sobre los principios del diálogo y la concertación, y no sobre el reclamo o la culpabilidad. Esto podría radicalizar las decisiones políticas que sean tomadas por los países europeos y generaría un rebrote de sentimientos xenófobos extremistas, que terminarían afectando única y exclusivamente a los migrantes mismos”.
Es difícil hallar una solución pronta al problema, teniendo en cuenta las condiciones de la economía mundial y los prejuicios étnicos que se han generado, pero cada acción encaminada a hacer respetar los derechos de los migrantes y a una integración con la sociedad en la que viven, puede servir para mejorar sus condiciones de vida y lograr en el futuro el reconocimiento de estos como parte importante de las naciones en las que viven.

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RedEsColombia

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