Junto a cuatro mujeres misioneras, Diana es responsable del Programa de Nutrición Infantil gracias al cual 800 niños menores de 6 años pueden comer cada día a través de 10 centros materno-infantiles, en Kenia.
Esta misionera nació en Bogotá el 17 de agosto de 1980. Creció en un barrio del sur de la capital colombiana donde también realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio La Presentación Luna Park.
Gracias al apoyo de sus padres y hermanos terminó Psicología en la Universidad Santo Tomás, donde posteriormente realizó sus estudios de Filosofía y Educación Religiosa.
En el año 2003, decide seguir su vocación misionera con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) y dedicar su vida a los más necesitados. Ese mismo año viaja a Bolivia, donde vive 4 años en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Allí desarrolla, junto con sus compañeras de la MCSPA, diversos proyectos en favor de la infancia en situación de pobreza, de la mujer y de los jóvenes de barrios marginados del sector de Los Lotes.
Kenia
Viaja a Kenia a mediados del año 2007 y desde entonces vive en el norte de Turkana como parte de la MCSPA.
Su vida y trabajo se ha desarrollado durante los últimos 13 años en el valle de Kokuselei, un área remota de la Diócesis de Lodwar donde la mayoría de sus habitantes son seminómadas y enfrentan grandes dificultades de supervivencia.
Siguiendo el carisma de su Comunidad Misionera de San Pablo y trabajando siempre con otras cuatro mujeres misioneras -una de ellas también colombiana: Alexia Moreno Rodriguez-, es responsable del Programa de Nutrición Infantil gracias al cual 800 niños menores de 6 años pueden comer cada día a través de 10 centros materno-infantiles.
Estos centros permiten que estos niños puedan tener dos comidas diarias, algo que no es posible en sus hogares por la dramática escasez de alimentos.
Esta situación de hambre sigue siendo endémica en esta zona de Turkana porque sus principales causas son: la falta de agua debido a las prolongadas sequías que cada año azotan la zona, la falta de recursos acuíferos y el desconocimiento de la agricultura.
A partir de estos centros infantiles, Diana y sus compañeras misioneras de San Pablo han promovido el desarrollo de la zona trabajando de la mano con las familias de cada lugar, especialmente con los ancianos (autoridad local) para poder conseguir lo mínimo necesario para una vida digna: agua, alimentos y salud.
Desde su llegada, se han perforado 20 pozos que, junto con bombas manuales, de viento o solares, están garantizando agua limpia y apta para el consumo humano. Estos pozos y las represas construidas para retener el agua de lluvia están permitiendo que la gente tenga agua diariamente.
A la vez, la atención médica en la zona es posible gracias al dispensario de su misión y a la red de cobertura de la clínica móvil, sin la cual la vacunación y atención de enfermos no sería posible.
Huertas comunitarias
En los últimos años, las misioneras han puesto en marcha huertas comunitarias para la producción de alimentos a pequeña o mediana escala en aquellos lugares donde han instalado bombas solares.
Dado que la agricultura no ha sido nunca practicada en la zona, las 16 huerta que actualmente funcionan son una transformación importante de la situación de hambre y dependencia de los rebaños hasta ahora existente.
En estos años, además, Diana junto con sus compañeras han sido responsables de becar a niños y jóvenes en sus estudios de primaria, secundaria, técnicos y universitarios; han puesto en marcha dos preescolares y han apoyado las dos escuelas públicas de la zona.
El trabajo realizado en Turkana ha vinculado un buen numero de personas en Colombia con la labor misionera que Diana y su compañera Alexia realizan en Kenia.
Desde hace 10 años, la generosidad de los colombianos ha traspasado fronteras y ha permitido que los niños más pequeños de Kokuselei puedan comer cada día gracias a su participación en las actividades organizadas por ellas, familiares y amigos en algunas ciudades del país.
Ambas misioneras colombianas esperan que más colombianos se unan a su misión y que crezca este puente de apoyo mutuo entre su país y uno de los lugares más necesitados del África Subsahariana.