Con su exitoso emprendimiento gastronómico genera empleo para madres cabeza de familia en México; muchas de ellas son colombianas.

Bogotano. Llegó hace 22 años a México con su esposa Cristina Macaya. Ambos expatriados, se desempeñaban como ejecutivos en dos empresas transnacionales que los trasladaron por un periodo inicial de dos años. Y como les sucede a muchos colombianos, ¡México les encantó! Pero, además, vieron una oportunidad de emprendimiento y la posibilidad de un negocio propio, así que decidieron quedarse.

La pasión de Juan Pablo por la gastronomía y los restaurantes, sumada al talento empresarial de Cristina, los condujo inevitablemente a aventurarse sin temor alguno en el mundo del emprendimiento.

Amor por la comida

Así fue como la vida profesional corporativa fue cambiada por la vida empresarial y con ello la formación de un negocio, cuyos pilares se fundan en el amor por la comida y el placer de disfrutarla, el valor de las personas y la cultura de Colombia y México.

El sueño se convirtió en realidad y siguiendo sus instintos dio inició a la asociación con un modelo de negocio surgido en Colombia: Crepes & Waffles.

Definitivamente, es un gran logro que una gastronomía creada en Colombia haya tenido tanto éxito en un país con una oferta gastronómica tan importante, rica y diversa. Y son varios los aspectos de la identidad colombiana que Juan Pablo logra destacar con la empresa al mencionar que “los colombianos crecimos con Crepes & Waffles y, por esto, muchos al visitar alguno de nuestros restaurantes, nos agradecen porque les permitimos estar un ratico en Colombia, es un pedacito de Colombia en México”.

Empleo para madres cabeza de familia

Y ese éxito también tiene cimientos en el compromiso social que ha mantenido desde que estableció el primer restaurante al sur de la capital mexicana: brindar oportunidades laborales a mujeres madres cabeza de familia y acompañarlas en el proceso de aprendizaje para que obtengan los conocimientos y herramientas necesarias para desarrollar su trabajo. Más del 90 por ciento de sus colaboradores son mujeres; varias de ellas también colombianas.

La experiencia de Juan Pablo como migrante colombiano en México ha sido muy positiva. Históricamente hay mucho en común entre ambos países y la unión de las dos culturas ha hecho posible que su empresa sea todo un éxito “México es un país increíble donde las oportunidades están presentes en todo momento.

Al colombiano se le valora como un gran trabajador, responsable y emprendedor”, señala este colombiano que destaca entre la comunidad por su visión emprendedora y el compromiso social que su empresa mantiene con la firme convicción de que “cuando cambias la vida de una mujer, transformas a una familia; cuando transformas la vida de una familia, cambias una sociedad y construyes un mejor país”. Ese es su legado