Oriunda de Medellín. Sus primeros años en Holanda fueron muy difíciles con la pérdida de su esposo. Por estas circunstancias en el 2006 conoció una organización en Ámsterdam llamada ‘Casa Migrante’. Una organización que ayuda a los inmigrantes de habla hispana en sus primeros pasos en la sociedad holandesa, pero también brinda apoyo a aquellos migrantes con las diferentes instancias sociales.

Rápidamente entendió que si no sabía el idioma holandés no podría llegar muy lejos en este país, así que se puso esto como meta. Comenzó como voluntaria en ‘Casa Migrante’ en el 2006.

Formada académicamente en Desarrollo Familiar y Trabajo Social, Lidia se enfocó desde ‘Casa Migrante’ a aprender la Carta Social de Holanda y así poder ayudar a otras personas migrantes a encontrar su camino.

“Si estás luchando, como migrante, cuando estás lejos de casa y no puedes acudir rápidamente a tu familia o redes de apoyo, es muy lindo poder hablar, reír y llorar en el mismo idioma, tener a alguien que comprenda tu situación y tus sentimientos, alguien que te entienda y te acompañe en esta lucha.” Menciona Lidia.

Apoyo en medio de la pandemia

Después de tres años como voluntaria entró a hacer parte de la coordinación de ‘Casa Migrante’ y su trabajo ha estado enfocado en apoyar a los más vulnerables.

La parálisis económica que generó la pandemia del Covid-19 afectó a un gran número de personas quienes vieron suspendidos sus empleos de un día para otro, así como para aquellos migrantes ilegales quienes viven de la economía del rebusque y al margen de cualquier tipo de protección, muchos de ellos mujeres.

Fue así como desde la organización que ella coordina, se pusieron en marcha servicios de atención telefónica de apoyo social y emocional, buscó ayuda para estas personas ya fuera con aportes económicos, o de mercados y también con la búsqueda de los subsidios y aportes que el gobierno holandés destinó para apoyar a sus habitantes. Muchos de ellos colombianos.

Ahora felizmente casada y viviendo en Ámsterdam, es en estos momentos cuando ella reafirma: “La vida no es esperar a que pase la tormenta si no aprender a vivir bajo la lluvia.” Y eso es lo que ella ha venido haciendo, aprender a sacar lo mejor de cada momento que ha vivido como migrante en los Países Bajos.