Después de 16 años, periódico La Hoja tuvo que salir de circulación por falta de plata
Sus fundadores, Héctor Rincón y Ana María Cano, dicen que aunque desaparece la publicación, su espíritu sobrevivirá.

"La Hoja marcó un estilo nuevo que caló en el periodismo de la ciudad y eso no puede desaparecer aunque el tabloide deje de salir cada mes", dice Cano, quien pasará a la historia como su pionera y última directora.

La Hoja nació en Medellín en 1992, "con el sueño de descubrir esa otra ciudad que vivíamos a pesar de las bombas y del narcoterrorismo que campeaban y ocupaban todos los medios", según los testimonios que narran su historia.

"Nos dedicamos a contar la ciudad desde sus esquinas, a buscar noticias debajo de las piedras, a hacer periodismo en su estado más puro", recuerda Rincón.

Desde esa primera edición, en cuya portada se veía una máquina de escribir, ícono del periodismo del siglo XX, hasta la 305 de Medellín y la 63 de Bogotá, La Hoja mantuvo un estilo libre que describen como "un esfuerzo para que la ciudad se conociera a sí misma".

Hoy, más de tres lustros después del primer número, son muchos los que ven con tristeza su partida. Entre ellos, alrededor de 1.500 suscriptores que recibieron el anuncio el mes pasado y que en abril recibirán la última edición. "Con congoja, pero por agradecimiento por los 16 años de publicaciones en Medellín y seis en Bogotá", afirma Cano.

Para su última edición, La Hoja contará su propia historia desde la voz de sus periodistas, colaboradores y simpatizantes que construirán un perfil de la publicación a manera de despedida.

El cese de actividades dejará desempleados a 25 personas entre periodistas, diagramadores, fotógrafos y personal administrativo y aunque no está claro cuánto dinero estaba perdiendo la publicación, el mayor esfuerzo en estos momentos se concentra en asegurar los pagos correspondientes a esas personas.

Cano y Rincón aseguran que no se van por falta de voluntad o cansancio. Aclaran que agotaron todas las opciones, libros, folletos, catálogos, conversatorios y cine clubes, para bandearse y alargar la vida de la publicación por 16 años. Pero en marzo, la Asamblea de Accionistas decidió que se habían quemado todos los cartuchos y que La Hoja sería parte de la historia de la ciudad que supo narrar.

Y, entre todas esas historias, la ciudad recuerda especialmente la ocasión en la que en un editorial de seis páginas publicaron los nombres de todas las personas asesinadas en Medellín durante un mes o la excéntrica crónica que contaba la historia de la caída de un árbol en el parque Bolívar, que les mereció un premio de periodismo o cuando reconstruyeron las vidas de los muertos de la bomba que explotó en el parque San Antonio, en 1995, y de cómo fueron a su cita con la muerte.

"La Hoja se atrevió a confrontar la trivialización de las noticias en los grandes medios", asegura Rincón.

Por eso se van con la satisfacción del deber cumplido, "Hicimos el periodismo que creímos que había que hacer. Tenemos la certeza de que Medellín es la ciudad mejor contada, gracias a La Hoja", dice.

JUAN DIEGO URREA
PARA EL TIEMPO

Fuente

Periódico El Tiempo, abril 2 de 2008

Fecha de Publicación