Nadie afrontará cargos criminales por la destrucción de los 92 videos de la CIA que mostraban a varios interrogadores de la Agencia torturando a dos destacados miembros de Al Qaeda con el método conocido como waterboarding -ahogamiento simulado-, según informó el martes el Departamento de Justicia. Sin embargo, sigue su proceso otra investigación criminal sobre si los agentes de la CIA se extralimitaron al interpretar los consejos legales que les recomendaban cómo tratar a los sospechosos durante los interrogatorios.

El caso de las cintas queda cerrado incluso antes de abrirse por falta de pruebas en la semana que concluía el plazo que establece la ley para presentar cargos contra los supuestos culpables –un Gran Jurado determina si hay caso o no-. José Rodríguez, antiguo agente de la CIA, dio luz verde en 2005 para que se destruyeran las cintas ante el temor del daño que podrían hacer a la Agencia de ser hechas públicas.

La destrucción de los videos se supo en 2008 y el entonces fiscal general Michael Mukasey nombró un fiscal especial para investigar el caso, John Durham. Desde entonces, Durham ha usado un Gran Jurado para llamar a testigos a declarar sobre la desaparición de esas cintas, incluidos agentes clandestinos y abogados de la Agencia que supuestamente establecieron que no había motivos legales para no destruirlas. El abogado de Rodríguez ha definido a su cliente como “un héroe americano, un auténtico patriota que sólo quería proteger a su gente y su país”.

“Como resultado de esa investigación (y la falta de pruebas), Durham ha concluido que no presentará cargos criminales por la destrucción de las cintas con los interrogatorios”, declaró un portavoz del Departamento de Justicia.

La determinación se conoció el mismo día que George W. Bush, ex presidente de Estados Unidos, reconoció que durante su gobierno se torturó.

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El Espectador