En Texas, Carolina del Sur, Iowa, Pensilvania y California, entre otros, los legisladores estatales tratan de lograr la aprobación de medidas similares.
En total son ocho estados de E.U. han manifestado su interés por impulsar medidas similares.
Y es que después de ver que la popularidad de la gobernadora Jan Brewer subió 16 puntos en dos semanas tras firmar la controversial  Ley SB1070 en Arizona, que criminaliza a los inmigrantes sin documentos, muchos políticos estadounidenses creen que mano dura contra la inmigración ilegal es lo que realmente quieren sus electores.
En Carolina del Sur, el representante republicano Eric Bedingfield llevó a la Cámara estatal un proyecto que crea un "procedimiento" para verificar el estado migratorio de una persona y detener a sospechosos de residir ilegalmente.
En Texas, la representante estatal republicana Debbie Riddle planea introducir en la próxima sesión legislativa del 2011 una iniciativa de 'ley antiinmigrante' similar a la de Arizona. "Si nuestro Gobierno federal hiciera su trabajo, Arizona no necesitaría haber tomado esta acción, ni tampoco Texas", afirmó.
En Califonia, el representante federal republicano Duncan Hunter anunció que respaldaría la deportación de hijos de indocumentados, aunque hayan nacido en E.U., y agregó que "hace falta algo más que cruzar la frontera para ser ciudadano" de ese país. "Habrá quienes piensen que somos malos, pero es un acto humanitario deportar a los hijos de indocumentados junto con sus padres", declaró.
Hunter, quien afirmó que la ley de Arizona es "un punto de partida fabuloso", respalda un proyecto de ley de la Cámara que pide la eliminación de la ciudadanía automática de los hijos nacidos de inmigrantes indocumentados.
Y Pensilvania también ha mostrado interés por seguir a Arizona, después de que el representante estatal republicano Daryl Metcalfe presentó un proyecto de ley que permitiría a la Policía de ese estado arrestar "a cualquiera que tenga apariencia" de ser inmigrante sin papeles. Metcalfe dijo que su propósito es ofrecerles dos opciones a los inmigrantes indocumentados de Pensilvania: "Marcharse ya, o ir a la cárcel".
 

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El Tiempo

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