Además de ser un destino para pasear, Colombia se ha convertido en sede para bodas, sellando cada vez más historias de amor de diferentes partes del mundo.
Muchas parejas de novios, en especial de Estados Unidos, toman la decisión de celebrar su unión en el país cafetero, ya bien porque uno de los dos es colombiano, o simplemente por la conveniencia de sus precios y cercanía, y encantados también por las comodidades, los paisajes, las iglesias y la gran cantidad de opciones que hay en el mercado para festejar el enlace.
Cartagena y Bogotá son las dos ciudades favoritas para realizar el evento. Los novios radicados en la Florida, o tal vez en ciudades como Nueva York, o Los Angeles, en donde existe una gran comunidad latina, llegan todos los años para celebrar la boda de sus sueños, aprovechando el cambio del dólar, y las oportunidades que brinda un país con diferentes climas, buen servicio y lugares espectaculares, tanto para la fiesta como para la ceremonia.
Las haciendas coloniales de grandes espacios, los paisajes naturales y un ambiente campestre para bodas durante el día; las iglesias antiguas y espaciosas, como las históricas catedrales de Cartagena, o pequeñas capillas acogedoras para reuniones más íntimas; o quizá elegantes hoteles con todos los servicios incluidos para novios ocupados que necesitan que alguien más se encargue de todo, son sólo algunas de las ofertas que brinda casarse en Colombia.
Manila Bronzi y Loïc Delvat, ella italocolombiana, y él francocubano, son una de las parejas de Miami que decidieron escoger a Colombia para celebrar su matrimonio. Manila, quien es decoradora de sets para cine, y Loïc consultor de sistemas, son propietarios del bar Bouganvillea’s en South Miami. Ambos estaban buscando un lugar especial en donde festejar su historia de amor y fue Cartagena el destino final.
"Cartagena siempre ha sido mi lugar del alma, pues allí se conocieron mis padres. El siendo mitad francés y mitad cubano, y yo, medio italiana, medio colombiana, nos pareció lindo unir los dos mundos y casarnos en un lugar que para nosotros es intermedio entre Europa y Miami’’, asegura Manila agregando que a su fiesta vinieron invitados de varias partes del mundo.
"Amigos y familiares de Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos y España llegaron hasta la ciudad histórica’’, comenta.
La boda se realizó en el Hotel Sofitel Santa Clara, ubicado en la ciudad amurallada de Cartagena, en medio de una atmósfera colonial y a la vez moderna. Las instalaciones del glamoroso hotel, además del sobrecogedor paisaje que brinda la ciudad histórica, sus calles empedradas, su arquitectura colonial, de techos de barro, puertas de madera y colores vibrantes y una cultura rica, en donde cualquier festejo se convierte en asunto de todo el pueblo, fueron el escenario para la espectacular celebración.
Por su parte, la colombiana María Claudia Rojas y el chileno Alejandro Trepiani, se conocieron por internet y concretaron su amor en Tampa, Florida. Aquí en la Florida fue cuando se vieron por primera vez en persona, pero eligieron a Bogotá como el destino para su unión. Mientras él se desempeñaba como chef en Nueva York, y ella hacía sus rotaciones como médica en varios hospitales de Estados Unidos, su historia de amor se fue desarrollando y el punto central para declarar su amor ante su familia y amigos fue la capital de Colombia.
"Un año y medio después de estar viajando de un lado para el otro, para podernos ver, Alejandro me propuso matrimonio. Comenzaron los preparativos y lo más difícil fue decidirnos por la ciudad en donde nos casaríamos. Teníamos tres opciones: Chile, Colombia o Estados Unidos. Nos decidimos por Colombia porque es un país hermoso, un gran destino turístico para los extranjeros. En este país encontramos todas las opciones soñadas, lindos paisajes y leyendas, las mejores flores y toda la sensibilidad humana’’.
La celebración se llevo a cabo en el hotel Radisson Royal de Bogotá, en donde se encargaron de descomplicar la situación lo mejor posible, debido a la distancia y al tiempo, y les ofrecieron un paquete completo, en donde detalles como la decoración, el servicio, la comida, la música, las fotos, el hospedaje, y hasta la noche de bodas --cortesía de la casa-- fueron coordinados por el personal del hotel, para comodidad de los novios.
Otra boda más típica fue la que tuvieron Germán Marulanda y Nazanin Khakpour, residentes en Tampa, quienes también optaron por Bogotá, con una celebración típica colombiana. La pareja quiso "botar'' la casa por la ventana con una fiesta al mejor estilo del famoso Carnaval de Barranquilla, con disfraces típicos a la media noche y música tradicional. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la capilla del Gimnasio Moderno, y la recepción en el Country Club.
"Queríamos algo diferente. Hubo mariachis a las 8 p.m., carnaval de Barranquilla, luego caldito con arepa para los trasnochados y rumba hasta las 6 a.m., algo bien colombiano’’, comentó Marulanda.
Son muchas las razones para querer casarse en Colombia. Los precios son aún más asequibles por el cambio del dólar, la variedad de lugares a escoger y el excelente servicio llaman la atención de los novios. Ya sea Bogotá, Cartagena, o zonas como el Eje Cafetero, o Medellín, ofrecen todo lo necesario para que gente de todas partes celebre su amor por todo lo alto.
El Nuevo Herald