En Camboya, un país donde la libertad de prensa se ve constantemente amenazada, jóvenes con pocos recursos intentan salir de la pobreza a través del periodismo, un oficio que aprenden en una escuela creada por el colombiano Albeiro Rodas.
"Aquí les impartimos clases durante dos años para que aprendan los conceptos básicos de la comunicación y a manejar la tecnología. El objetivo es que luego puedan encontrar un trabajo", asegura Rodas responsable del centro situado en Sihanoukville, en el sur del país.
"No era un proyecto fácil. La mayoría de los jóvenes camboyanos quieren estudiar Dirección y Administración de Empresas o Informática. Pocos piensan en el periodismo", afirma Rodas, natural de Amalfi, Antioquia, que llegó a Camboya en 1999 a través del programa de misioneros salesianos al que aún pertenece.
El proyecto arrancó en 2007, como parte de la formación impartida por la escuela Don Bosco de Sihanoukville, y desde entonces han pasado cuatro promociones de unos 20 jóvenes cada una.
"Nunca me lo había planteado antes. Pero ahora me gustaría dedicarme a la radio o a los medios online", asegura uno de los alumnos, Vibot de 18 años, cuya familia se sustenta con los escasos recursos que consigue su madre vendiendo pinturas a los turistas.
"Tenemos una buena oportunidad. No creo que hubiera estudiado periodismo de otra forma", asegura Socheth, hijo de campesinos, que ha podido asistir a las clases gracias a que la escuela le ofrece un alojamiento que su familia no podría costear.
"A todos ellos les pagamos además la comida, para que los padres sean menos reacios a que sus hijos vengan aquí", afirma Rodas.
Vestidos con camisa y corbata, los alumnos, de entre 18 y 24 años, aprenden durante dos cursos a utilizar los ordenadores, a editar vídeos y audio, y a utilizar las redes sociales.
Mientras casi la mitad de escuelas del país aún no tiene electricidad, los aprendices de periodista gozan de un centro con dos estudios de radio, un plató de televisión y una sala con varios ordenadores conectados a internet.
Casi todos los alumnos que terminaron el curso encontraron trabajo. Algunos en periódicos, otros como camarógrafos de televisión, aunque la mayoría lo hicieron en las oficinas de comunicación de alguna de las organizaciones no gubernamentales que operan en el país.
La escuela no sólo se propone dar salidas profesionales a estos jóvenes, sino también crear reporteros que informen sobre la realidad social del país y que contribuyan a mejorar el nivel de libertad de expresión.
"Aquí hay muchas situaciones trágicas como minas antipersonal, prostitución infantil, pobreza. La comunicación está al servicio de iluminar esas realidades y son necesarios reporteros para contarlas", afirma Rodas.
Para ello, han comenzado a producir cortos cinematográficos, a crear páginas web y a grabar programas de radio con un trasfondo social.
Una vez formados, estos alumnos deberán hacer frente al asedio que sufre la libertad de prensa en el país donde 24 periodistas fueron arrestados por realizar su trabajo entre marzo de 2009 y el mismo mes de este año, según el Club de Periodistas Camboyanos.
La mayoría de ellos fueron víctimas de demandas por difamación o desinformación presentadas por diversos cargos del Gobierno, la administración, la Policía o el Ejército señalados como corruptos en artículos de prensa.
"Sabemos que no tenemos una libertad total de expresión. Pero queremos una democracia de verdad. Queremos trabajar para encontrar la verdad", asegura Reyr, uno de los alumnos especializado en audiovisual.
Según Reporteros sin Fronteras, la libertad de prensa se ha visto seriamente amenazada durante el último año en Camboya que bajo al puesto 128 de 178 países en la clasificación que cada año elabora la organización.

Fuente

El Colombiano

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