Foto: Archivo - EL TIEMPO
En 1959, la obra marcó el inicio de la modernidad en el transporte áereo en el país.
En cinco décadas, ocho letras en Bogotá han bastado para simbolizar el encuentro con el mundo, la muerte y la vanidad humana: Eldorado.
La noticia de la demolición del edificio principal, odiado por muchos viajeros por su estrechez y adorado por otros por su diseño vanguardista, ha sido un referente indiscutible en el desarrollo de la ciudad desde su inauguración en 1960.
Fue la obra más representativa del gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, quien dejó en manos de la conocida firma de arquitectos Cuéllar Serrano Gómez tan importante desafío.
En 1960, los viajeros abandonaron el aeropuerto de Techo para utilizar la nueva terminal localizada, en esa época, a las afueras de la ciudad.
La construcción llamó poderosamente la atención de la prensa y de la ciudadanía en general por su cubierta abierta del vestíbulo principal y sostenida por grandes vigas de concreto que permitían la entrada de un rayo de luz de veinte metros de longitud.
La torre de control, diseñada por el arquitecto Gabriel Serrano Camargo marcó para siempre la arquitectura del lugar y demostró un avance con sus similares en el país por su tratamiento casi escúltorico
Historias en contravía
En 1968, ocho años después de estar en funcionamiento, Eldorado fue noticia: un paro de empleados de la Aerocivil impidió que los periódicos bogotanos pudieran llegar a las principales ciudades del país.
En los años 80, la terminal aérea empezó a mostrar los primeros síntomas de atraso respecto a otros aeropuertos del mundo.
El 19 de noviembre de 1983, un fuerte aguacero inundó el segundo piso y obligó a empleados y comerciantes a sacar el agua a punta de escobazos.
Un año después, el turno fue para el servicio telefónico. Llamar a un familiar para que supiera que el pasajero había llegado a salvo fue imposible durante algunos meses.
Sin embargo, Eldorado ha sido la puerta de entrada a Colombia de los grandes protagonistas del mundo.
"Yo me tomé fotos con Cantiflas, Pelé y Maradona", cuenta con orgullo y algo de nostalgia Bernardo Rico, equipajero desde hace 35 años.
La muerte también se ha paseado por sus pasillos. El 3 de marzo de 1989 asesinaron en el primer piso y muy cerca de las puertas de acceso al líder de izquierda José Antequera. En el ataque resultó herido el entonces candidato presidencial Ernesto Samper Pizano.
"Vi a los sicarios con las armas humeantes cuando emprendían la fuga", narra Fernando Lozano, un vendedor de manillas quien desde una silla de ruedas vivió el trágico episodio.
Con Eldorado también se van la tardes de whisky sello azul en la Taberna Bávara y las escaleras eléctricas de un puesto que marcaron a toda una generación de viajeros.
Terminal de contrastes
Desde que el arquitecto boyacense Gabriel Serrano diseñó con su firma Eldorado, han pasado muchos acontecimientos en él. En 1961, diez mil bogotanos recibieron al presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y a su esposa. En 1989, sicarios asesinaron en el primer piso al político José Antequera.
Eldorado en cifras
El aeropuerto internacional Eldorado es el cuarto en movilización de pasajeros en Latinoamérica.
El tránsito llegó a 7,3 millones de pasajeros en el 2003 y a 7,8 millones en el 2004. Se calcula que hoy pasan por allí 13,6 millones al año.
El 35 por ciento de los pasajeros nacionales y el 70 por ciento de los internacionales viajan a través de Eldorado.
La terminal ya es la más grande de la región en términos de carga. Mueve el 40 por ciento de la mercancía interna del país y el 80 por ciento de la internacional.
Los otros aeropuertos
Antes del aeropuerto Eldorado, las operaciones aéreas en Bogotá se realiza

Fuente

Periódico - El Tiempo

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