Bogotá, octubre 15-09 (OP). En respuesta al diario El País, de España, el Embajador de Colombia, Carlos Rodado Noriega, envió la siguiente carta, la cual fue publicada hoy por este medio de comunicación. El siguiente es el texto:

“En la edición del 12 de octubre del presente mes, el periodista Miguel Ángel Bastenier convierte su columna habitual en una crónica política para expresar su opinión adversa a la reelección de presidente Álvaro Uribe Vélez. Lo primero que nos produjo asombro fue encontrar un artículo claramente de opinión ubicado en las páginas de información internacional del periódico, lo que genera confusión en los lectores y está expresamente prohibido en su manual de estilo. De la lectura del artículo es evidente que prima la postura y opinión del periodista sobre la objetividad de la Información.
 
Por supuesto, con el mismo respeto con que en nuestro país se leen o escuchan las opiniones de las otras personas y con más veras si se trata de aquellas que se emiten a través de la prensa, no entraremos a polemizar sobre las apreciaciones del citado comunicador en relación con eventos que han sido ampliamente debatidos en Colombia. Pero lo que sí no podemos dejar pasar por alto son afirmaciones que vulneran la imagen de nuestro país y de su democracia, pintándonos a los colombianos como una masa de tontos cuya voluntad es manipulable y a su Presidente, democráticamente elegido, como un dictador.
 
En la controversia que suscitan los acontecimientos de la política colombiana los columnistas de opinión son partícipes válidos y están en la libertad de expresar sus puntos de vista. Pero independientemente de la posición que se tenga, lo que no se puede es tratar de sustentar dicha posición sugiriendo que en Colombia existe una democracia espuria, donde eso que se llama opinión pública "se reduce a poco más de un tercio de sus 45 millones de habitantes, que son los que votan...". En Colombia la abstención electoral ha sido históricamente más alta que en otros países, pero ese fenómeno se explica por dos hechos: el voto no es obligatorio, en respeto a la libertad Individual y, por otro lado, es un hecho notorio y público, reconocido por todos los partidos, que el potencial electoral está sobredimensionado porque los problemas de orden público han dificultado la actualización de los censos de votantes y las estadísticas siguen presentando como potenciales electores a un número alto de fallecidos.
 
La democracia colombiana es la más antigua y la más estable de América Latina, soportada en Instituciones que se caracterizan por su fortaleza e independencia. Hemos elegido democráticamente a nuestros presidentes afrontando los embates del terrorismo y nuestro país fue una honrosa excepción de respeto a la voluntad popular en la década de los setenta, cuando el continente suramericano estaba literalmente tomado por dictadores.
 
Los medios de comunicación gozan de libertad plena, principio reconocido desde el comienzo de nuestra vida republicana y asentado en la conciencia colectiva de la nación, que se podría sintetizar en la frase del entonces presidente Belisario Betancur: "es preferible una prensa desbordada que una prensa amordazada".
 
Otra demostración palpable de a fortaleza democrática de nuestro país y de su pluralismo político es el hecho de que los dos últimos alcaldes de la ciudad de Bogotá, la urbe más grande de nuestro país y su capital administrativa y política, han sido elegidos en representación del partido Polo Democrático que congrega a exmilitantes del movimiento guerrillero M-19.
 

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Cancilleria

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