Perspectivas de la Comunidad Andina para el 2009: La importancia de fortalecer el bloque

El proceso andino de integración, consolidado con el establecimiento del Pacto Andino de 1969 y profundizado con la transformación de éste, en la Comunidad Andina (CAN) en 1997, significó la expresión más clara de las naciones andinas para constituir un mercado común por medio de la integración y la cooperación económica y social, en la cual, todos sus miembros tuvieran la oportunidad de ampliar el comercio, no solo al interior de la región, sino también con otros bloques económicos a nivel mundial.

No obstante, a lo largo del tiempo, al interior de la Comunidad Andina, se han presentado inconvenientes que han retrasado el cumplimiento de los objetivos de la integración, razón por la que se hace necesario que los países miembros replanteen sus prioridades y tomen conciencia de la importancia de la integración como la vía más adecuada para fortalecer el crecimiento y el desarrollo económico de la región.

Es así como, a pesar, de que la integración andina se ha caracterizado por ser una de las más solidas de la región, en los últimos años, no ha tenido un buen panorama, pues desde el retiro de “Venezuela de la Comunidad Andina y la prolongada presencia de un encargado de la Secretaria General, en el 2006, sumados a las expectativas y tensiones generadas por las negociaciones de tratados de libre comercio entre dos de sus miembros con los Estados Unidos, han llevado el proceso a un funcionamiento inercial, sin mayores avances en los diferentes temas y con la persistencia de incumplimientos y de objetivos postergados”[1], lo cual, sumado a la iniciativa de un Acuerdo con la Unión Europea de forma bilateral y no en bloque, ha debilitado la integración andina, por la falta de consenso al interior de los países andinos, dando lugar a una de las dificultades más difíciles que ha tenido la CAN para avanzar en procesos de integración.

Por lo anterior, es evidente que la perspectiva de la integración andina para el año 2009 es poco alentadora. Una muestra de ello es el fracaso de las negociaciones para concretar el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y la Comunidad Andina, que se dio como consecuencia de la divergencia de intereses Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y que dio pié para empezar a negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) de forma bilateral con el bloque europeo, situación que ha traído varias dificultades al interior de la CAN, en especial por la negativa de Bolivia, en aceptar un Tratado de forma bilateral con la Unión Europea.

De acuerdo a lo anterior, la falta de consenso al interior de la CAN, es el resultado de la falta de voluntad política por parte de los países miembros, quienes en lugar de propiciar un ambiente armonioso para incentivar e incrementar los lazos de integración no solo al interior de la región, sino con otros bloques, lo único que han logrado es poner en duda las decisiones políticas de los gobiernos, acentuando aún más la inestabilidad por la que atraviesa la región.

En este caso hay que resaltar que el problema no está en que no se haya llegado a un acuerdo con la Unión Europea; el verdadero problema radica en que los miembros de la CAN, que son sólo cuatro, no lograron adoptar una posición común para negociar, lo cual es reflejo de diferencias de prioridades para cada uno de los países miembros. De acuerdo a lo anterior, la falta de consenso al interior de la CAN, es el resultado de la falta de voluntad política por parte de los países miembros, quienes en lugar de propiciar un ambiente armonioso para incentivar e incrementar los lazos de integración, no solo al interior de la región, sino con otros bloques, lo único que han logrado es quebrantar la unidad del bloque. En otras palabras, puede entonces decirse que el gran problema de la integración andina es la ausencia de políticas de Estado, pues la integración y en general las relaciones entre los países miembros de la CAN, se mueven al ritmo de la voluntad de los gobiernos de turno, lo cual, por una parte, impide el desarrollo de políticas de largo plazo, que contribuyan a la profundización de la integración y por otro, acentúa aún más la inestabilidad por la que atraviesa la región.

Por lo tanto, para superar los tropiezos a los que se ha enfrentado la CAN, es necesario que los países andinos restablezcan sus prioridades, considerando a la integración como el mejor mecanismo para insertar sus mercados en la economía mundial, ya que, en un mundo globalizado e interdependiente como el actual, los países necesitan de los demás, para mantener y consolidar su posición económica, política y social en el sistema internacional.

Es importante tener en cuenta que la integración, ya sea económica, política o monetaria, acarrea más ventajas que desventajas, en la medida que permite acceso a nuevos mercados así como tener mejores canales de distribución y flujos comerciales de bienes, servicios y capital humano, lo cual a su vez, fortalece el crecimiento económico de los países y el desarrollo de la región, siempre y cuando se tenga en cuenta las necesidades de la población y se adapte el proceso a las características propias de los países andinos.

En general, los países de la CAN deben dirigir sus esfuerzos para reanudar y fortalecer aun más el proceso de integración andina, con el fin de lograr un “modelo de desarrollo más humano y equitativo, donde la satisfacción de las necesidades básicas sea la meta prioritaria que guíe las iniciativas y avances del grupo regional”.[2]

En medio de un panorama difícil para la CAN, caracterizado por varios inconvenientes que se han presentado entre Ecuador y Colombia desde hace un año, cuando el ejército colombiano dio de baja a alias Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, así como por las continuas diferencias ideológicas entre Bolivia, Colombia y Perú, el diálogo y la cooperación se vislumbran como los mejores caminos para lograr un verdadero consenso entre las partes, que les permitiera volver a negociar el Acuerdo de Asociación de bloque a bloque con la Unión Europea, puesto que, es más probable que los países andinos, que les permita tener más peso a nivel internacional y concluir exitosamente las negociaciones; es más probable que los países andinos, se beneficien por igual, a través de negociaciones en bloque y no de forma bilateral, co

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