“Allez Colombie!”, “Allez Colombie!”, gritaban los padres de diez niños quebequenses que decidieron representar a Colombia y jugar con los colores de nuestra Selección Nacional en el Festival de soccer Ciudad de Saint-Jean sur Richelieu, disputado durante el tercer fin de semana de agosto. No se sabía quiénes estaban más emocionados, si los jugadores de 8 años de edad o las familias que los acompañaron y apoyaron durante los partidos disputados a lo largo de este torneo.El director técnico, Yan Frederick DesRosiers, encontró el apoyo del Consulado General de Colombia para uniformar con la camiseta del seleccionado nacional a los niños en este torneo. Él era uno de los más entusiastas porque de acuerdo con las condiciones del torneo, cada equipo debía escoger un país de los que participaron en la pasada Copa Mundo de Fútbol en Brasil. Y el de ellos fue Colombia. La iniciativa de representar a nuestro país fue de los pequeños campeones, quienes por unanimidad pidieron a Colombia, porque de acuerdo con las palabras del entrenador “los niños estaban maravillados de ver la técnica, el ‘juego limpio’, el talento y la calidad humana” del onceno nacional. Entonces, Yan Frederick DesRosiers hizo la tarea de conseguir no solo la bandera tricolor y las camisetas oficiales de la selección Colombia, sino también información alusiva al país, que repartió entre los jugadores y sus familias. Uno de los padres, incluso, afirmó que está contemplando la idea de disfrutar sus próximas vacaciones en Colombia.En el pequeño terreno de fútbol infantil de los Campos de Soccer de Saint-Jean sur Richelieu, se veía un pequeño ‘James Rodríguez’, con el número 10 en la espalda, corriendo con orgullo y disputando el balón con sus contrincantes. Sus padres afirmaron que James es uno de sus ídolos, y que desde que le dieron la camiseta de Colombia, “¡no se la quita ni para lavarla!”.El equipo de Colombia, conformado por niños de Quebec, se coronó campeón. “Para ellos fue un orgullo lucir los colores de un país que ahora empezarán a conocer”, según comentaban  algunos de los padres mientras disfrutaban de los partidos de sus hijos. Cuando sonó el pitazo final, todos los jugadores corrieron a abrazar a su técnico, visiblemente emocionados, no solo por el triunfo obtenido, sino porque cumplieron con el sueño de representar a sus nuevos ídolos deportivos.

Fuente

Consulado de Colombia en Montreal