¿Para qué sirve un título de postgrado? Supone mucho trabajo, muchos gastos y noches sin dormir. Por lo tanto es mejor asegurarse de que al final valdrá la pena el esfuerzo. El estudio de candidatos de maestría y doctorado elaborado por QS Top Grad School.com en 2009 preguntó a 3.000 personas qué esperaban obtener una vez que consiguieran su título.
El 70% de los encuestados dijeron que querían mejorar sus perspectivas laborales. Los futuros estudiantes de postgrado no solo creen que conseguirán un mejor trabajo, sino que progresarán más rápido si cuentan con una maestría o doctorado.
Para Hannes Vedin, consultor de Recursos Humanos de la empresa Capgemini Suecia, existe una gran diferencia entre un titulado universitario y una persona con un título de postgrado: “Creo que las personas que han estudiado una maestría muestran una mayor madurez en su trabajo. Es más fácil para ellos aplicar sus conocimientos y llevar la teoría a la práctica”.
Aunque haber cursado una maestría marca una diferencia, como siempre, el título no lo es todo. El gerente de Personal de Amphenol Corporation, Steve Icampo, manda un mensaje de prudencia a todos los que creen que una maestría es un pasaporte automático para el éxito. “Nadie debe creer que una determinada formación le llevará a dónde quiere llegar, es uno mismo el que debe esforzarse por llegar hasta ahí”, asegura.
Igualmente, Icampo recomienda a los candidatos trabajar antes de seguir con sus estudios. “Cuánto más estudias más te especializas, por lo que es necesario asegurarse de que el programa es realmente lo que quieres. Hay que meditar mucho la decisión antes de elegir un curso; un postgrado es una gran inversión y determinará en gran medida cómo te perciben en el mercado de trabajo”.
Icampo también recomienda a los candidatos preguntarse dónde querrían trabajar una vez que terminen su postgrados. “Pregúntate en qué proyecto comercial te gustaría verte implicado. Debes ser capaz de mostrar al mercado de trabajo que tú tienes algo que otros necesitan.
La mejor forma de averiguarlo es por uno mismo, y en algunos casos solo se consigue trabajando”. Obviamente, tampoco hay que olvidar el interés personal por la material de estudio. A este respecto, Icampo asegura: “Si no te apasiona lo que haces, es mejor no hacerlo”.
Una vez que se haya meditado sobre estas dos cuestiones, la elección del curso y la escuela será mucho más fácil. Al mismo tiempo, esto facilitará la búsqueda de empleo: “Mientras se avanza en la idea de hacer un postgrado, la elección del programa, las prácticas y la tesis ayudarán a encontrar un empleo. En todo momento se debería pensar a dónde te están llevando estas elecciones”, añade Icampo.
Amphenol es una multinacional que produce conectores para la transmisión de datos a alta velocidad. Es el segundo mayor fabricante de conectores y tiene 85 oficinas en 30 países. El proceso de reclutamiento se realiza localmente, pero una vez que se está dentro de la empresa es fácil destacar, a pesar del tamaño de la compañía.
“Hay muchas oportunidades para despuntar. Es imposible saber cómo estará la industria en 10 años, por lo que la empresa confía en personas que sepan trabajar en ambientes flexibles”.
El último consejo de Icampo para los potenciales estudiantes de postgrado es que no se centren exclusivamente en el lado académico. Según él, “tener habilidades técnicas es obviamente muy importante, pero también hay que desarrollar otras capacidades.
Trabajamos en equipos y desarrollamos una gran relación con nuestros compañeros, por lo que es necesario llevarse bien con la gente para tener éxito en la empresa”. Vedin también apoya esta idea: “El título de postgrado definitivamente te da ventaja, pero sobre todo queremos encontrar a personas ambiciosas y con la actitud adecuada. Y al final, esto es tan importante como el título”.
Por: James Donald

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QS Top Master

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