Cuando se llevan muchos años en el ejercicio de la profesión docente,  tanto en el sector privado como en el público, son muchos los encuentros y desencuentros que se tienen en el cumplimiento de esta labor-misión,  no solo con padres – acudientes  y jefes de turno, sino con algunos compañeros docentes, con estos últimos generalmente por diferencias relacionadas con  la práctica o metodología, pues tristemente todavía se cuentan en este medio  asalariados  u obreros de la educación, personas a las que sólo les interesa cumplir con el horario y esperar que pase el tiempo lo antes posible para alcanzar la pensión; por eso  en ocasiones realizar propuestas innovadoras que redunden en el beneficio de la calidad académica de los estudiantes, resulta un insulto o no encuentra eco, es así que los docentes rebeldes, los que se atreven a comentar sus ideas, terminan en muchos de los casos alienándose, bajando la guardia y apoltronándose en su puesto, haciendo lo que la masa hace para no nadar contra la corriente. Pero otros, los maestros convencidos que su misión es transformar a los estudiantes que les corresponden sin importar su estrato, su condición socio-cultural, que reconocen que en ocasiones es necesario tomar posiciones contra cultura para lograr verdaderos cambios, siguen llevando a cabo experiencias o situaciones didácticas maravillosas, dignas de sistematizar y presentar en cualquier escenario académico; sin embargo, cuando se sienten solos, cuando se sienten una isla, cuando no hay pares con los cuales compartir y discutir, resulta verdaderamente titánico reconocer el potencial de lo que se realiza en el aula y acaban claudicando en sus intentos. De otro lado se hace necesario mencionar que existen espacios privilegiados, donde las ideas se escuchan, se discuten se corrigen y se apoyan, donde confluyen más maestros “locos”, “rebeldes”, para los cuales la escuela es un laboratorio y no un centro de domesticación, donde pensar está al orden del día y donde el “ser” del estudiante es el centro de la verdadera educación, lugares como éste es la Institución Educativa Ciudela Nuevo Latir, donde se habla de la educación holística, de trabajo en equipos, de campos del conocimiento, de pensamiento complejo, de trabajo por proyectos, de ciclos, de niveles, de Pierre Bourdieu, de Edgar Morín, Paulo Freire, Habermas, de Piaget, entre otros, sin que sea un despropósito, pues la gran mayoría de los docentes sin ser expertos en estos temas, que aunque en ocasiones se muestran escépticos frente a algunas propuestas, terminan por entender que sólo conociendo de lo que se habla es posible tomar una posición, por ello se enfrentan a sus miedos y apuestan a una educación verdaderamente alternativa, sin decir por esto que sea necesariamente la única ruta ni la mejor, simplemente la ruta a la que apuestan,  pues la sociedad reclama jóvenes que interpreten y produzcan más, que utilicen más la lógica y la argumentación, que desarrollen su pensamiento y no solo adquieran conceptos, que se caractericen por ser críticos y propositivos, que desarrollen de nuevo su sentido común que cada vez más es menos común, que desarrollen su conciencia  y sensibilidad social-ambiental, que potencialicen sus habilidades artísticas y culturales, pero que también utilicen eficazmente las nuevas tecnologías y que puedan reconocer que la ciencia y la academia están a su alcance,  que es su decisión y su proyecto de vida lo que les indica qué camino seguir y no su condición social. Haciendo uso de la autocrítica, la capacidad de confrontar lo que hacemos y por qué no, de lo que hacen los otros,  se llega a concluir -pese al enojo de muchos- que la escuela viene fracasando en estos intentos, sobre todo en los estratos menos favorecidos, pues perdió de vista seguramente el contexto y se dedicó a exigir el cumplimiento de planes de estudio, el alcance de los contenidos propuestos al inicio del año lectivo, y a su vez “muchos profesores se dedicaron a cumplir” pese al desencanto y fracaso de los estudiantes. Por eso la necesidad de apostarle a nuevas formas de llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, y de eso se trata en la Ciudadela Nuevo Latir, gracias a la iniciativa de algunas personas como Luis López y Hugo Lozano,  asesor pedagógico y rector respectivamente, del equipo de maestros y de personas como Luz Marina Gómez Fríes, funcionaria de la Secretaría de Educación que acompaña la Ciudadela en temas relacionados con la comunicación, la tecnología, la conformación de redes o alianzas con todas las organizaciones que quieran conocer lo que se hace o que puedan aportar al desarrollo de lo que se hace en la Ciudadela, quien ha logrado influir para que se reflexione colectivamente en la necesidad de aprovechar los aportes externos y junto con  algunos maestros interesados, han empezado a hablar de un Banco de Proyectos a los cuales se pueda buscar financiación, pero en esa búsqueda se han encontrado con la idea de fundar un “Centro de Investigación”. Quienes han tenido la posibilidad y la fortuna de compartir y hacer parte de este semillero, comprenden  a través de las distintas reflexiones-discusiones que la tarea no es fácil, que aunque descabellada porque se parte casi de cero en el tema de la investigación, no están solos, que cada vez son más personas e instituciones influyentes que se suman a la mesa y que entre todos pueden trazar el camino que  permita responder preguntas fundamentales tales como: ¿Qué es investigación?, ¿las experiencias que llevamos a cabo en clase son investigación  o sólo son situaciones didácticas aisladas?, ¿el Centro de Investigación es un proyecto o un espacio físico?, ¿es posible volvernos investigadores y lograr que nuestros estudiantes se proyecten como investigadores?, ¿Qué líneas de investigación se privilegiarán en este centro: las comunitarias o de territorio o las curriculares?. Es decir, los interrogantes son muchos pero se cuenta con la disposición de maestros que pretenden liderar el mejor Centro de Investigación del país, desde el cual se puedan hacer publicaciones –académicas, artísticas, socio-culturales -  liderar procesos de organización y progreso comunitario,  convertirse en un centro de documentación histórica de referencia obligada  en todos los asuntos relacionados con el oriente de Cali, entre otros.Para ampliar  la información acerca de la conformación del Centro de Investigación,  se puede acceder al artículo: "EL LATIR del futuro CENTRO DE INVESTIGACION EDUCATIVA" en el ORIENTE de CALI, que se encuentra en http://www.redescolombia.org/node/84166  Es así que la invitación para los “maestros rebeldes”, es a no claudicar en sus iniciativas, a buscar apoyo en pares, a conformar equipos de trabajo o de investigación que les permita  irradiar con mayor fuerza el estímulo a aquellos que se encuentran adormilados, que requieren de un empujón para volver a andar; que requieren de una "reingeniería" que les permita gozar lo que hacen y no que solo asuman su labor como una pesada carga que ni siquiera logran liberar cuando retornan a sus casas. Que el Centro de Investigación Nuevo Latir es una idea en la que todos/as pueden aportar y que los esperamos con los brazos abiertos. Carlos Arturo Arias - Docente Campo de Ciencias - I.E.O. Nuevo Latir.Email: artours2006@yahoo.esSantiago de Cali, 4 de noviembre de 2011.

Fuente

Institución Educativa Nuevo Latir