
Por cada 100 dólares que llegaron a Latinoamérica en el 2013, por concepto de remesas, 6,6 dólares ingresaron a Colombia, lo que ubica al país como el tercer mayor receptor de esos recursos en la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
En su estudio 'Las remesas en América Latina y el Caribe: aún sin alcanzar niveles de pre-crisis', el organismo multilateral señala que con 4.071 millones de dólares en remesas, los colombianos ocupan el tercer lugar en la materia después de los mexicanos que recibieron el año pasado remesas del orden de los 21.583 millones y los guatemaltecos 5.104 millones.
Después de Colombia está El Salvador con 3.969 millones de dólares, República Dominicana con 3.333 millones y Honduras país al que en ese mismo año ingresaron remesas del orden de los 3.121 millones. Las demás naciones que integran la región están por debajo de los 3.000 millones.
Según el BID, la recuperación económica de países como Estados Unidos y España hace pensar que este año las remesas que envían los migrantes a sus naciones de origen crecerían entre 5 y 7 por ciento, luego de que el año pasado no se registrara un alza respecto del monto enviado en 2012.
A Latinoamérica ingresaron el año pasado 61.251 millones de dólares, de los cuales el 35,2 por ciento correspondieron a México, el 26,5 por ciento fue para los países de Suramérica, el 24,3 por ciento para los centroamericanos y el 13,9 por ciento para las naciones del Caribe.
Pese a que Colombia se sitúa en el tercer mayor receptor de remesas del mundo, no fue el país donde se observó el año pasado un mejor desempeño en ese frente. De hecho, el informe del BID indica que las remesas no crecieron frente al 2012, es decir, que se recibió el mismo monto, mientras que en moneda local su alza fue de 4,4 por ciento. No obstante, una vez descontados los efectos de la inflación, el crecimiento fue solo de 2,3 por ciento.
"Los recursos que envían los migrantes a sus hogares son utilizados para cubrir los gastos corrientes de sus familiares. Por lo tanto, para ellos es muy importante al menos conservar el valor de la remesa para mantener su poder de compra", señala el organismo multilateral en su análisis.
Según el BID, en los años previos a la crisis financiera internacional el ingreso de remesas a la región alcanzó tasas promedio de crecimiento anuales del 17 por ciento. Pero la crisis económica de 2008-2009 provocó un cambio el panorama de forma abrupta: primero, hubo una fuerte caída en 2009 de más de 10 por ciento; que fue seguida por un modesto incremento de 6 por ciento en 2011.
El informe también indica que el costo de envío de las remesas enviadas desde Estados Unidos ha disminuido. Así el envío de una remesa inferior a los 200 dólares, mostró una disminución de 3,9 por ciento el año pasado respecto a lo observado en 2012, alcanzando en promedio un valor de 10,1 dólares.
El envío de una remesa equivalente a 500 dólares mostró una disminución todavía mayor de 17,8, menor al costo de 2012.
El Tiempo