
La tendencia con la que terminó el dólar el año pasado se mantiene en el inicio de 2014. La divisa estadounidense gana terreno frente a las principales monedas del planeta, volviendo a reinar en los mercados financieros internacionales.
El fortalecimiento del dólar se debe a la recuperación que muestra la mayor economía del mundo, que ha llevado a la Reserva Federal, FED, (banco central estadounidense) a reducir sus compras mensuales de bonos con lo que viene inyectando liquidez al mercado desde 2008.
Este cambio en el escenario económico internacional ha provocado la salida de grandes capitales de los países emergentes –que hasta hace poco lucían más atractivos– para refugiarse en su mercado natural, Estados Unidos. Como consecuencia, las monedas locales han comenzado a dejar el camino de la revaluación por el que transitaron durante un largo lapso.
Ahora, casi todas las monedas de América Latina han perdido valor frente al dólar. En los últimos 12 meses, el real brasileño se ha devaluado el 15,5 por ciento, el peso chileno el 14 por ciento, el nuevo sol peruano el 10 por ciento, el peso colombiano el 12 por ciento y el peso argentino más del 50 por ciento.
Pero el dólar también se ha fortalecido frente a las llamadas monedas duras. El yen ha sufrido una de las devaluaciones más rápidas y profundas de su historia. Desde los niveles mínimos de 2012, la divisa norteamericana se ha apreciado más de un 36 por ciento contra la moneda japonesa.
Los analistas creen que esta tendencia se mantendrá mientras los mercados se ajustan a las nuevas condiciones que imponga la Reserva Federal. Esta semana se esperan noticias, pues se cumple la última reunión del saliente presidente Ben Bernanke para darle paso a la nueva cabeza, Janet Yellen.
Algunos inversionistas piensan que la FED no será demasiado agresiva en su programa de recorte de estímulos económicos, lo que le daría tranquilidad a los mercados. Sin embargo, está por verse porque la reactivación económica de Estados Unidos está cogiendo más fuerza. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han elevado sus pronósticos sobre crecimiento global y estos están basados en la recuperación de la economía estadounidense.
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